Por una programación responsable y coherente
(Por Mario Almirón y Gerardo Alzamora)
Desde el Sindicato de Docentes Privados (Sadop) tomamos la comunicación entre nuestras banderas de lucha hacia una justicia social plena, entendiendo que los medios son actores insoslayables y necesarios en la construcción de ciudadanía. Junto a la Cositmecos, fuimos parte de la discusión de los 21 Puntos para una Radiodifusión Democrática, en su intención necesaria y urgente de reemplazar el arcaico, autoritario y corruptible decreto-ley 22.285 de la última dictadura. Con movilizaciones en la calle, militamos la propuesta de la Coalición y continuamos apoyando su promulgación cuando el proyecto fue elevado por el gobierno nacional. Desde nuestro lugar de pertenencia, las aulas, “hicimos escuela” junto a compañeros, delegados y afiliados: produjimos manuales y folletos del proyecto, organizamos seminarios y, acompañados por profesionales de la comunicación y las autoridades del flamante Afsca, recorrimos el país difundiendo y discutiendo la comunicación por venir. Impulsamos la lectura crítica de los mensajes mediáticos, sobre todo los que involucran a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, muchas veces estigmatizados por el discurso audiovisual para masas.
Tras un sinuoso y largo recorrido –en el que se evidenciaron intereses en juego y poder corporativo por sobre la construcción ciudadana–, la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se hizo efectiva. En Sadop celebramos su promulgación, a sabiendas de que se trató de un paso –un gran paso– en este largo camino que estamos transitando.
Posteriormente, las autoridades federales de comunicación nos invitaron a participar del Conacai (Consejo Asesor de Comunicación Audiovisual y la Infancia), entre los actores con voz y voto en la construcción de una comunicación audiovisual para niños y adolescentes que eleve la calidad de su programación hacia contenidos culturales y sociales significativos.
El Conacai surge del artículo 17 de la ley 26.522 (Resolución 0498 Afsca/10) con el fin de garantizar la participación y representación multidisciplinaria y federal. Lo conforman entidades gubernamentales y no gubernamentales provinciales que tengan como objetivo la infancia. La representación se garantiza mediante la designación de un consejero por cada provincia y la ciudad de Buenos Aires, de legisladores con actuación en la temática, de las distintas instancias del Poder Ejecutivo nacional con pertinencia en la materia, de los gremios docentes con presencia nacional y de las entidades de la sociedad civil y equipos académicos que se desarrollan en el campo de la investigación y la producción del audiovisual y la infancia.
Como metodología de trabajo, se fueron organizando reuniones plenarias y tres comisiones que buscan orientar sus objetivos para optimizar las funciones del Consejo. Desde su primera reunión en abril de 2011, se han elaborado propuestas para incrementar la calidad de la programación, además de acompañar la realización de investigaciones y estudios, y alentar programas de capacitación en la especialidad. A su vez, se está cooperando con diversos cursos, seminarios y actividades que abordaron el tema, tanto en el interior del país como en otras partes del mundo.
Teniendo como premisa que la imitación de lo que ven es una de las principales formas de aprendizaje de los niños, se establecieron criterios básicos para los contenidos de los mensajes publicitarios. Estas acciones buscan evitar el impacto negativo que los ellos podrían acarrear.
Por otro lado, estamos formulando un plan de acción para fortalecer las relaciones del campo audiovisual, que comprende el cine, la televisión, el video, los videojuegos, la informática, entre otros soportes audiovisuales. También se está elaborando un Programa de Formación en Recepción Crítica de Medios y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones destinado a alumnos, docentes y ciudadanos en general.
Estamos discutiendo criterios y diagnósticos para establecer contenidos recomendados o prioritarios, al mismo tiempo que se instauran aquellos que son inconvenientes o dañinos. Estas consideraciones están avaladas por un minucioso trabajo de investigación sobre argumentos teóricos y análisis empíricos.
Al Conacai le corresponde también la responsabilidad de monitorear el cumplimiento de la normativa vigente sobre el trabajo de los niños, niñas y adolescentes en la televisión.
Por todo esto alentamos la continuidad del Conacai en la certeza de que existen diversos terrenos por mejorar en torno de conseguir una programación responsable y coherente con su identidad.
FUENTE: www.pagina12.com.ar
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