Redes Sociales: Ansiedad por Ser Parte
(Por Fabián Silveira - Usina de Medios). De los aproximadamente 6.700 millones de personas que habitan el planeta, unos 900 millones acceden, consumen, y generar comunicación y sentidos en la red social facebook. Según un estudio publicado por dos neurólogos en la edición número 7 de mayo de las Actas de la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos (PNAS), hablar de uno mismo genera una secreción de dopamina, un químico vinculado a los sentimientos de placer o la anticipación de una recompensa, es decir hablar o dar a conocer puntos de vista sobre un determinado tema en la red, gratificaría de la misma manera al cerebro como la comida y el sexo.
Los investigadores sostienen que la mayoría dedica un 30% a 40% de su discurso a informar a otros de sus propias experiencias subjetivas, pero en las redes sociales este porcentaje llega a un 80% (vale decir que este estudio no cita a facebook literalmente). En “la medida en que los seres humanos están motivados para revelar lo que piensan, la oportunidad de dar a conocer lo que se piensa, se vive como una potente forma de recompensa subjetiva” sostuvieron Diana Tamir y Jason Mitchell, del laboratorio de neurociencia de la Universidad de Harvard.
Ahora bien, la complementariedad entre los factores neuro cerebrales, y la propia subjetividad del ser, hacen que las redes sociales, no solo sean el medio de comunicación en la actualidad por excelencia, sino el gran diván del presente.
Es necesario también dar cuenta, de las ventajas del diseño y soporte de los realitys show, y de su puesta en escena en los grandes medios nacionales, como por ej. “Soñando por cantar”, “Soñando por Bailar”, “Gran Hermano” y sus derivaciones; mas allá de todo el rango muchas veces intelectualoide de criticar la supuesta sin razón de estos productos. Es decir, es imperioso dejar de confundir el soporte con los contenidos, con lo cual el desafío es y será desde los que hacemos y pretendemos trabajar desde la comunicación solidaria, pensar en aprovechar el formato (que de por sì es sumamente atrapante) y aportar contenidos que reflejen de un modo atractivo, creativo, riguroso y profesional, aquel tipo de experiencias e historias que desde el sector seamos capaces de generar pensando en audiencias y ya no solo como personas.
Los medios actuales producen mediaciones y en particular las redes sociales, dejando atrás el viejo modelo – esquema de comunicación: emisor – mensaje – receptor, para dar lugar a lo que sostenía ya en el siglo pasado Jesús Martín Barbero, es fundamental pensar a estos procesos desde el lugar mismo de las mediaciones, entendidas éstas como aquellos espacios en donde los sujetos viven sus prácticas socioculturales, y no sólo desde la lógica de los medios: “El eje del debate se desplaza de los medios a las mediaciones, esto es, a las articulaciones entre prácticas de comunicación y movimientos sociales, a las diferentes temporalidades y la pluralidad de matrices culturales”. Lo novedoso es que estas mediaciones son vividas prácticamente por todas las generaciones (descartando la idea que es solo una cuestión de los jóvenes y la forma de relacionarse) a partir de las redes sociales, y no solo en el campo popular: autoconvocatorias, organización de marchas y movilizaciones, pedidos, donaciones, críticas, proyectos; todo pasa por ahí. Por eso es urgente ser generadores de nuestra propias historias y utilizar las herramientas que la tecnología nos pone a disposición y abandonar la idea de la des- comunicación.
Fabián Silveira. Lic. En Comunicación y trabajador cooperativo. Usina de Medios
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