lunes, 27 de febrero de 2012

Ondas que acortan distancias rurales en Perú

Por Milagros Salazar *

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LIMA, feb (IPS) - ¿Cómo hacer para que pueblos distantes y diseminados tengan la información necesaria para tomar decisiones? La iniciativa de comunicación para el desarrollo Onda Rural utiliza en Perú diversas estrategias para difundir conocimiento sobre prevención de riesgos o cambio climático."Ni la radio ni la televisión van a poder cambiar la forma de pensar de las comunidades altoandinas ni su forma tradicional de vivir", señaló a IPS el representante en Perú de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), Carlos Rivadeneyra.

Pero, acotó, "sí pueden ayudar a que estas poblaciones tengan más información para mejorar sus prácticas y enfrentar situaciones difíciles". Amarc, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsan desde 2006 actividades en varios países de América Latina para incluir la comunicación en las políticas y el desarrollo del campo, en particular la iniciativa Onda Rural.

En Perú, este trabajo se ha desarrollado principalmente a través de programas radiales en tres regiones del sur andino: Puno, Cusco y Arequipa, casi siempre como parte de los proyectos que la FAO ejecuta sobre actividades agropecuarias en situación de emergencia, como inundaciones, heladas o sequías.

"Nuestro aporte se centra en articular la difusión de temas de importancia para estos pueblos con diversas redes de radio dentro del país", aseguró Rivadeneyra. Los programas se difunden en español y en quechua y aymara, las dos lenguas que se hablan en esas zonas que están por encima de los 3.400 metros sobre el nivel del mar.

Las actividades se enfocan en la producción de microprogramas y micro reportajes radiales, en los que los campesinos dan sus testimonios sobre eventos meteorológicos y los expertos explican por qué se producen esos fenómenos y qué se debe hacer para prevenir y enfrentar cada situación de emergencia.

Para apoyar la inserción de estos temas en la programación de las emisoras, también se han desarrollado talleres con periodistas y productores radiales.

"Normalmente se suele informar cuando las emergencias ya se han producido. Los talleres son una forma de interesar a los periodistas en estos temas para que puedan dar cuenta a las comunidades de la preparación y gestión de los riesgos", señaló a IPS el coordinador de la Unidad de Emergencias y Rehabilitación de la FAO, Rubén Mori.

En forma adicional, Amarc y ALER han realizado talleres sobre cambio climático y protección del ambiente en las mismas regiones, donde ya han logrado conformar una red de aliados.

Claudio Orós, productor del programa de radio "Sisichakunaq Pukllaynin" (El juego de las hormiguitas, en quechua) que se difunde en 12 emisoras de Cusco, aseguró a IPS que uno de los principales aportes de los talleres es el intercambio de experiencias con colegas de otras localidades, para responder mejor a las necesidades de las comunidades rurales.

En el programa, la protección del ambiente es tratada desde el rescate de los conocimientos ancestrales en las comunidades. El espacio está dirigido principalmente a niños y niñas de educación primaria. Bajo la producción de la Asociación Pukllasunchis, el programa acompaña durante 15 minutos las clases que dictan los maestros de las escuelas rurales del distrito de Lares, en Cusco.

Como una especie de narrador de cuentos, el locutor del programa presenta diversas situaciones de las comunidades, tanto en quechua como en castellano.

"Los pobladores de Quishuarani creen que los antiguos incas se han quedado a vivir dentro de los árboles de quiwuña (Polylepis) más viejos que tienen en la comunidad. Esos árboles son más altos, más gruesos, y son respetados por todos", dice el locutor al narrar las creencias de los habitantes de ese poblado y su relación con la naturaleza.

Quishuarani es una comunidad de Lares que vive principalmente de la agricultura y donde existe una gran variedad de árboles silvestres. La comunidad respeta mucho sus costumbres y está ubicada en medio de un camino inca.

La cobertura de los temas que promueve Onda Rural en estas emisoras tiene diversos enfoques y estilos.

En Puno, Juan Sotomayor, el administrador de radio Pachamama 850 AM (madre tierra), consideró que las capacitaciones han permitido al equipo periodístico de la emisora conocer nuevas herramientas tecnológicas y formatos, pero sobre todo adecuar los temas locales a contextos sociales y políticos de alcance nacional.

Sotomayor aseguró que la emisora, que tiene su señal también en Internet, llega a toda la región y 80 por ciento de su programación tiene un enfoque educativo y está dirigida a poblaciones rurales.

Aunque el impacto de estas estrategias de comunicación no se ha medido, las organizaciones que impulsan Onda Rural y los comunicadores involucrados aseguraron que se logró que los comuneros se interesen cada vez más por estos programas y quieran participar.

Sin embargo, este esfuerzo también tiene obstáculos.

Rivadeneyra reconoció que varias actividades de comunicación no continúan debido a que los proyectos "son acotados y modestos en presupuesto".

"El Estado debería asumir este tipo de intervención, pero lamentablemente tiene una débil participación en comunicación para el desarrollo, más aun en temas de agricultura y medio ambiente", dijo.

Por estas mismas razones, el proyecto de un sistema de alerta temprana frente a eventos climáticos que se desarrolló en pueblos altoandinos de Arequipa, Cusco y Puno, no continuó pese a su impacto e innovación.

En esa iniciativa, la comunicación era clave: unos comuneros capacitados para leer lo que indicaban las estaciones meteorológicas instaladas en sus pueblos, brindaban la información sobre el clima a los técnicos del gubernamental Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Perú.

Estos procesaban los datos para colgarlos en una página digital especial y desde ahí las radios desarrollaban la información de manera sencilla para difundir las alertas a las comunidades.

Lamentablemente, el proyecto tuvo que interrumpirse en abril de 2009, indicó Rivadeneyra.

Mori, de la FAO, explicó que los recursos de esa agencia son puntuales porque están relacionados principalmente a emergencias. Pero también contó que desde 2010 se trabaja para vincular estas iniciativas con proyectos de desarrollo que puedan ser asumidos por las autoridades locales.

Mientras se enfrentan los desafíos, las organizaciones continúan con nuevos proyectos bajo la manga.

La FAO trabaja en un plan nacional de gestión de riesgos agropecuarios y adaptación al cambio climático que va a necesitar ser difundido a las comunidades, y Amarc está embarcada en la producción de programas radiales para que los pueblos indígenas de la región amazónica de Ucayali puedan soportar mejor las inundaciones.

* Artículo publicado con apoyo de la Unesco.

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