Para no (a)pagar la radio
(Por Damián Loreti) El
8 y 9 de mayo se realizó en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas una
audiencia pública bajo el título “Radios comunitarias, diversidad cultural e
inclusión social en el espectro de frecuencias ante el apagón analógico”,
convocada por el grupo parlamentario conjunto de la Izquierda Europea Unificada
y la Izquierda Verde Nórdica.
Así como lo
hemos empezado a ver en Argentina con la televisión, en otros lugares (Estados
Unidos y algunos países de Europa Occidental) ya han tomado decisiones para
comenzar los procesos de digitalización de la radio. Como suele ocurrir, las
tensiones en torno de la elección de normas técnicas encierran intereses
económicos de las empresas prestadoras. Y esto trae aparejados efectos sociales
y culturales vinculados con la concentración de poder.
En este punto, al igual que ocurrió con la
televisión digital, el enfrentamiento se da entre las normas de EE.UU. y
Europa. Aunque existen varios estándares para la transmisión digital de señales
de radio, en nuestra región –en lo que hace a decisiones ya tomadas– hasta
ahora se viene manejando sólo uno: el IBOC. Creado e impulsado por la industria
norteamericana, ofrece cero riesgo a los empresarios que ya cuentan con
licencias de radio, en tanto funciona con el mismo canal que hasta ahora vienen
utilizando para afrontar la transición, brindando una mejor calidad de la señal
(muy notoria en AM y algo menos en FM) y nuevos servicios asociados.
El IBOC permite que mientras la población va
reemplazando los receptores analógicos por digitales, los propietarios de las
radios no pierdan audiencia ni deban afrontar un cambio de frecuencia que
implicaría posicionar la nueva “marca”, ya que en el mismo número de frecuencia
por el que hoy se recibe cada emisora podrán transmitir en analógico y en
digital.
Una opción competitiva frente al IBOC es el
europeo DAB (Digital Audio Broadcasting), antes llamado Eureka-1475, que
implica la utilización de una nueva banda del espectro (VHF o L) para la radio
digital. Al llegar el apagón analógico, todo el espectro actual de FM se
pasaría a la nueva banda y la anterior quedaría libre para otros servicios, lo
cual, como veremos, no es necesariamente bueno.
Otros estándares en desarrollo son el DRM
(Digital Radio Mondiale), previsto para frecuencias inferiores a tres
megaciclos (onda media, larga y corta), y el coreano DMB (Digital Multimedia
Broadcasting), con el mismo mecanismo de trasmisión que el DAB y algunas
diferencias respecto de las señales multimedia. Para todos ellos ya hay
versiones (+) (plus).
Para ir alertando sobre algunas cuestiones. En primer lugar, la IBOC es una norma tributaria. Es decir, implica el pago de licencias a los titulares de las tecnologías. Por otra parte, la idea de salirse de la banda de FM como ocurriría al optar por una norma europea implicaría el cambio total del parque de aparatos receptores y la eventual aparición de una figura que ya se conoce en la televisión digital en otros países y afortunadamente aún no entre nosotros: el operador de red. Algo así como un concesionario de la frecuencia o banda por la que se transmite, que la alquila a terceros.
Cuando se fijó el criterio de torre única y
transmisor público para la TV digital en Argentina, algunos (por zoncera, por
negocios o por desconocimiento) dijeron que la televisión se monopolizaba. Pues
bien, cuando esa administración se delega en un privado, éste lo alquila y para
entrar hay que pagar. Esta situación podría traer como consecuencia el tener
que pedirle a los televidentes/oyentes que paguen para ver Televisión Digital
Terrestre HD o escuchar radio digital codificada, tal como hoy se paga para el
cable. Y esto es lo que no debería ocurrir como regla.
El relato de los representantes de los medios
comunitarios europeos nucleados en la Asociación Mundial de Radios Comunitarias
(Amarc), durante el encuentro de Bruselas, mostró notorias asimetrías en el
contexto continental europeo y un profundo desinterés de la mayoría de los
gobiernos sobre cómo prevenir y evitar la ampliación de la brecha social que
traen las tecnologías digitales cuando son impuestas desde el mercado. En
muchos países, los vacíos normativos conviven con las declaraciones de
ilegalidad a las emisoras –España, Hungría, República Checa–, en otros se
verifican situaciones de mayor respaldo estatal –Irlanda, Francia– y perspectivas
de crecimiento tecnológico conjunto. Pero lo visto hasta ahora demuestra que
las tecnologías de digitalización en la radio están pensadas para las empresas
de medios más poderosas, mientras que aquellas que tienen menor capacidad
económica –incluidas las comunitarias– no encuentran modo de subirse a la ola,
porque nadie les facilitará gratis (o al precio que un medio no comercial puede
afrontar) el acceso al multiplexado.
Podríamos adelantarnos a decir que las
tecnologías de Internet permitirán reemplazar a la radio y que tiene mucho más
espacio. Malas noticias: Internet no es gratis y no garantiza anonimato en los
gustos y tendencias. La radio sí lo es para el oyente que escucha lo que quiere
y nadie lo detecta. Ello significa que así como la ley de protección de datos
personales no es necesaria para los oyentes de radio, sí lo es para los
usuarios de Internet porque se detecta el tráfico de datos y el gran hermano
prestador del servicio sabe qué vemos y cuándo. En la primera, la comunicación es
amplia y de acceso abierto, la segunda se basa en el streaming individual y,
además, se paga.
Sentido
de las políticas públicas
El problema no son sólo los medios
comunitarios en sí, sino que ellos y sus oyentes son el espejo en el cual
mirarse porque es donde más rápida y claramente se nota la inclinación del
tobogán que la mayoría de los Estados les ofrece por la incomprensión y el
silencio. Los modelos y las tecnologías no son inocuos ni neutros. En Canadá,
la TV digital no llega a las ciudades que no alcanzan un mínimo determinado de
habitantes porque el Estado no asume más que el funcionamiento de la cadena
pública. Ello implica que entre el 10 y el 15 por ciento de la población
seguirá en analógico. Volviendo a la radio, en Brasil, por impulso y presión de
una coalición de sectores sociales, se inició una etapa de prueba en una norma
técnica distinta a la norteamericana por los graves efectos que generaba. En
México se impuso la IBOC con un breve aviso previo y sin proceso de consulta.
En 2007 los Relatores de libertad de
expresión de ONU, OEA, OSCE y la Comisión Africana plantearon que “los
diferentes tipos de medios de comunicación –comerciales, de servicio público y
comunitarios– deben ser capaces de operar en, y tener acceso equitativo a todas
las plataformas de transmisión disponibles. Las medidas específicas para
promover la diversidad pueden incluir el reservar frecuencias adecuadas para
diferentes tipos de medio (...) En la planificación de la transición de la
radiodifusión análoga a la digital se debe considerar el impacto que tiene en
el acceso a los medios de comunicación y en los diferentes tipos de medios.
Esto requiere un plan claro para el cambio que promueva, en lugar de limitar,
los medios públicos. Se deben adoptar medidas para asegurar que el costo de la
transición digital no limite la capacidad de los medios comunitarios para
operar”.
Cuando en la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual 26.522 se consignó que el objetivo de la regulación era garantizar
el derecho a la comunicación de las personas, se estableció un paradigma
opuesto al de la actividad comercial como razón de ser de la comunicación. De
allí la reserva de frecuencias prevista en el artículo 77.
Este mandato normativo ordena el sentido de
las políticas públicas y los planes posteriores deben ir de la mano con lo
dicho. Se trata, como en tantos otros ámbitos, de expandir derechos e integrar
y no de pagar por ver la tribuna. Todavía no hemos empezado aquí el proceso de
digitalización de las señales de radio y nada indica que tengamos que
desconfiar ni apurarnos, pero es bueno conocer de qué van las cosas.
Porque habrá siempre quienes quieran que
(a)paguemos la radio.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio