Medios en Nuestra América: Cómo repotenciar los medios bolivarianos
El reconocido intelectual Luis Britto García diagnostica de manera crítica la situación comunicacional venezolana y las tensiones exitentes en medio de las actuales correlaciones de fuerza.
Introducción
Durante
el proceso bolivariano los medios privados, con poquísimas excepciones,
han mantenido mensajes y códigos invariables, difundidos por los
mismos canales.
Dichos
mensajes, en resumen, promueven un proyecto de antipolítica que
consiste en suplantar a los partidos por los propios medios, y en que
éstos asuman paulatinamente los poderes del Estado. Así, intentaron
asumir la competencia de decidir cuáles leyes debían ser consideradas
válidas y cuáles no; por su propia decisión difundieron como verídicos
actos ejecutivos que no habían sucedido, como la renuncia del
Presidente; designaron y destituyeron dirigencias políticas en las filas
opositoras, y han intentado usurpar la función jurisdiccional
desconociendo repetidamente tanto actos administrativos como resultados
electorales y sentencias de los tribunales, formulando a su vez
sentencias mediáticas inapelables contra personas e instituciones.
En
tanto que meros difusores de los puntos de vista de propietarios y
anunciantes, es improbable que los medios privados modifiquen su mensaje
mientras los gremios patronales no cambien su política, es decir, sus
intereses, que apuntan al control total del Estado a través de sus
circuitos comunicacionales o de políticos manejados por éstos.
Tampoco
es probable que advenga una modificación sensible del mencionado
mensaje en virtud de la acción del gobierno, el cual en una década
prácticamente no ha intervenido para lograr que los medios acaten las
disposiciones constitucionales y legales que les conciernen. Apenas una
medida, la no renovación de la concesión a RCTV, ha respondido a la
extrema agresividad inconstitucional de algunos medios privados. Otras
medidas, como la dotación de generosas y hasta pródigas pautas
publicitarias a ciertos medios privados, sólo han tenido como efectos el
que éstos redoblen sus ataques contra el gobierno legítimo y sirvan de
promotores ante los organismos internacionales de acusaciones temerarias
de falta de libertad de expresión.
Se
puede esperar, por tanto, que en el futuro previsible los medios
privados prolonguen sus políticas, sus posiciones, su escogencia de
temas y de tratamientos, repitiendo una suerte de plantilla o guión que
han sido detallados en varios trabajos, entre ellos en mi libro Dictadura mediática en Venezuela (Investigación de unos medios por encima de toda sospecha) (Minci, Caracas, 2011), el cual compendia más de una década de campaña mediática opositora.
Por
tales motivos, acaso resulte más fructífero concentrarse en el estudio
de los medios de servicio público, alternativos y comunitarios, para
determinar su número y potencialidades, las audiencias que cubren, sus
canales de difusión, su mensaje y el contexto o referente cultural
dentro del cual dicho mensaje es formulado y recibido.
Para
organizar los contenidos aplicaremos el tradicional esquema de los
elementos de la comunicación, que comprende estos componentes:
1. Emisor
2. Receptor
3. Medio o canal
4. Mensaje
5. Códigos
6. Contexto o referente
A
continuación desarrollamos algunas ideas sobre la forma en que sería
oportuno investigar tales elementos para repotenciar la eficacia de la
comunicación bolivariana.
1. Los emisores
Emisores institucionales e informales
¿Quiénes
emiten mensajes en nombre del proceso bolivariano? Existe un conjunto
de emisores y agencias que pudiéramos llamar institucionales, y otro
conjunto que podríamos considerar informales, a quienes el público
reconoce como portadores de un mensaje bolivariano incluso en el caso de
que no tengan cargo público o militancia específica.
En
el proceso se puede identificar a un emisor central o privilegiado, que
es el propio Presidente de la República. Su programa televisivo, sus
discursos y ahora sus textos disfrutan de amplia difusión e
indudablemente ejercen decisiva audiencia, incluso entre la oposición
¿Qué imagen de este emisor fundamental tiene su audiencia favorable?
¿Qué elementos de dicha imagen contribuyen a la difusión de su mensaje?
¿Cuáles podrían dificultarla? ¿Qué versión de ella transmiten los medios
opositores?
La imagen del dirigente
En nuestro libro La máscara del poder: del Gendarme Necesario al Demócrata Necesario
(Caracas: Alfadil Ediciones, l988, Correo del Orinoco, 2011) propusimos
un esquema para el estudio de la figura de los dirigentes venezolanos
tradicionales como emisores del mensaje político, destacando en ellos
los siguientes rasgos, que en cierta forma constituían un mensaje en sí
mismos:
1.1.Rasgos inherentes al dirigente
-Personalismo
-Protección por las Fuerzas Invisibles
-Resistencia Física
-Machismo
-Astucia
1.2. Rasgos inherentes a la vinculación con su entorno inmediato
-Origen modesto
-Patriarcalismo
-Particularismo
-Retiro
-Designación del sucesor
1.3.Rasgos inherentes a la vinculación cultural con la tradición
-Comidas criollas
-Traje ruralizante
-Amor por los animales
-Entretenimientos populares
-Habla popular
1.4.Rasgos inherentes a la vinculación con la colectividad
-Contacto con el pueblo
-Igualitarismo
-Entroncamiento simbólico con el Libertador
-Articulación con una causa
-La dádiva
Sería
procedente analizar cuáles de los rasgos señalados se cumplen en el
presente caso, y cuáles pueden ser positivos o negativos para la
identificación con las audiencias contemporáneas.
La imagen de las organizaciones
Diversas
organizaciones partidistas se han sucedido como emisores autorizados de
mensajes del proceso: el MBR200, los Círculos Bolivarianos, el MVR, el
PSUV, y partidos aliados o afines, como el PCV y el PTT ¿Qué imágenes
de ellos han tenido o tienen sus audiencias? ¿Qué elementos de tales
imágenes propician la recepción de sus mensajes, y cuáles las
dificultan? ¿Cómo los caracterizan los medios opositores?
Aparte
de ello, existe una emisión de mensajes institucionalizados por el
Ministerio de Comunicación e Información, por las vocerías de diversos
ministerios, institutos y autoridades locales. La Asamblea Nacional
dispone de una televisora, dedicada preponderantemente a difundir sus
deliberaciones y actividades. Sobre el particular cabría formularse las
mismas interrogantes ya planteadas ¿Contribuye la imagen de estos
emisores a la credibilidad de los mensajes? ¿Se evidencia en los
mensajes la participación de los gobernados, de los administrados, de
los legislados? ¿En qué medida algunos funcionarios utilizan estos
medios más para la promoción personal que para la difusión de los
valores del bolivarianismo?
Vocería informal
Ya
indicamos que existe una vocería informal de personas que no son parte
de la administración ni de organizaciones institucionalmente afiliadas
al proceso, pero que por su prestigio o sus habilidades comunicacionales
revisten considerable importancia. Convendría prestar atención a
algunas de ellas, analizar su mensaje, indagar las causas de que sea
atendido y prestarle las más amplias facilidades para su difusión.
Intelectuales y artistas
Dentro
de estas personas hay que prestar particular atención a los
intelectuales y artistas. Circula la conseja de que éstos son
opositores. El más somero examen revela que la inmensa mayoría –y quizá
los más importantes y brillantes- apoyan al proceso bolivariano o por lo
menos defienden posiciones progresistas y de izquierda. La de los
intelectuales es la voz más calificada y escuchada en el debate de las
ideas. Intelectuales y artistas son los verdaderos embajadores de países
e ideologías ante el sistema internacional. Pensemos en lo que
significaron Pablo Neruda para Chile, Alejo Carpentier para Cuba,
Ernesto Cardenal para Nicaragua, Aquiles Nazoa, Andrés Eloy Blanco y
Rómulo Gallegos para Venezuela. La voz de un intelectual de prestigio
vale por todo un aparato comunicacional. La red de medios de servicio
público, alternativo y comunitario debe facilitarles la posibilidad de
comunicar sus puntos de vista, y desterrar de una vez la nefasta
falsedad de que la mayoría de la intelectualidad venezolana es de
derecha.
La participación protagónica
Finalmente,
está planteada la cuestión fundamental de determinar hasta qué punto
los medios afectos al proyecto bolivariano permiten una participación
protagónica. Se debe verificar en qué proporción sirven de vehículo
para los puntos de vista, los mensajes, críticas y propuestas de la
colectividad. En algunos espacios se permite la intervención de las
audiencias en forma de entrevistas, en otros, de llamadas telefónicas,
en otros casos se convoca a una colectividad para que sus integrantes
tomen la palabra en forma más o menos libre. Algunos de estos programas,
como “La lámpara de Diógenes” o los espacios abiertos para los comités
de usuarios de los medios, han ido desapareciendo.
Medios comunitarios, libres y alternativos
La
aparición progresiva de medios comunitarios y alternativos que permiten
la expresión a pequeñas localidades o comunidades ha abierto una
importante puerta para la participación y para la transformación de
receptores de mensajes en emisores activos y críticos. Vive TV,
por ejemplo, se ha centrado en el desarrollo del documental,
facilitándoles imagen y voz a las comunidades populares. Las pequeñas
radios del 23 de Enero sirven de voz de la comunidad, y así
sucesivamente.
Sin
embargo, hay que admitir que todavía en el campo mediático la
participación de gran parte de la colectividad es limitada, y que la
comunicación, incluso en el ámbito del proyecto bolivariano, está
todavía signada por una marcada asimetría entre pocos emisores y muchos
receptores. Se debería procurar el equilibrio entre ellos.
2.-Los receptores
Identificación de las audiencias
Aunque
algunos teóricos de la comunicación se resisten a utilizar la categoría
de “receptores”, ya que la comunicación es un proceso dinámico que
debería involucrar una interacción de éstos con los llamados emisores,
estimamos indispensable para el estudio de los medios en el proceso
bolivariano una estimación y evaluación de las audiencias de sus
mensajes.
El estudio de Mark Weisbrot y Tara Ruttenberg “Television in Venezuela: ¿Who dominates the media?”
(Center for Economy Policy and Research of Washington) revela que para
septiembre de 2010 los canales públicos atraían solo un 5.4% de la
audiencia, mientras que un 61.4% de esta veía canales de televisión
privados, y el 33.1%, televisión por suscripción. El resultado no es tan
desalentador como parece si se considera el reducido número de emisoras
de servicio público frente a la avasalladora supremacía numérica de las
privadas.
Al
respecto, sería oportuno realizar estudios adicionales para despejar
las siguientes incógnitas: ¿Cómo es esta audiencia? Vale decir: ¿a qué
estratos socioeconómicos pertenece? ¿En cuáles regiones, ciudades o
zonas se concentra? ¿Cómo se distribuye por edades y por géneros? ¿Qué
opinión tienen sobre los medios en general, y sobre los afines al
proceso boliviariano? ¿Qué niveles de credibilidad les otorgan?
Es
probable que estos estudios existan y no hayan sido divulgados. Podría
ser razonable que revistieran confidencialidad, pero deberían ser de
lectura obligatoria para todos los que tengan responsabilidades
comunicacionales.
Según
indicamos, un proyecto de participación y protagonismo popular debería
facilitar que los llamados receptores se puedan convertir en emisores y
participar en forma activa y decisiva en el proceso de la comunicación.
Sería recomendable formular propuestas para que tal objetivo se cumpla
de manera plena.
3.-Medio o canal
Pluralidad de medios
¿Qué
medios transmiten mensajes en representación del proceso bolivariano?
De acuerdo con la técnica que aplican, se los puede dividir
preliminarmente en:
a) impresos
b) de radiodifusión
c) audiovisuales
d) informáticos
Carácter decisivo de los medios informales
Hay
que advertir que en momentos cruciales el pueblo ha improvisado
creativamente redes de comunicación decisivas, como ocurrió con el uso
tanto de los teléfonos normales como de la telefonía celular durante el
13 de abril de 2002. El pueblo utiliza activamente los altoparlantes en
los barrios, las carteleras, las pintas, los grafitos, las asambleas, el
chisme, las reuniones sociales y otros. En su último discurso, Julio
Cortázar recomendó la incursión creativa en el cómic y la fotonovela.
La difusión de la computadora y de la telefonía celular abre otro campo
de confrontación en páginas web, blogs, redes sociales y twitter.
Medios de servicio público, alternativos, comunitarios
Según la naturaleza institucional, se puede clasificar a los medios afines al proceso en:
a) de
servicio público, aquellos que representan a una institución pública y
cuyo mensaje está dirigido primordialmente a los intereses nacionales o
de sectores muy amplios del país
b) comunitarios,
los cuales representan a un grupo o comunidad específica, y cuyo
mensaje puede versar preponderantemente sobre los intereses del mismo
c) alternativos,
definidos como tales ante todo por su relativa independencia y su
disponibilidad para divulgar los mensajes del público en general y por
el desarrollo de estilos propios y originales de comunicación
En
los tres rubros ha habido un sostenido crecimiento, que hemos citado
detalladamente en otros estudios. De todos modos se puede advertir que
los medios que apoyan al proceso bolivariano siguen estando en absoluta
minoría frente a los privados opositores, tanto en número como en poder
de emisión.
Las
principales iniciativas para corregir esta desigualdad extrema se
observan en el campo de las radios comunitarias y de los impresos
comunitarios o alternativos, que agrupan en cada categoría cifras
superiores a los tres centenares. Sin embargo, entre sus debilidades se
debe señalar el poco alcance por la limitación de los tirajes o equipos,
su existencia precaria, pues aparecen y desaparecen con frecuencia, y
que en su mayoría se quejan de persistentes problemas en la
acreditación, pues las radios comunitarias alegan que se otorgan
licencias a empresas que pretenden pasar como tales, pero que no son en
el fondo más que negociados tradicionales capitalistas.
Es
imprescindible la recopilación y actualización de los censos que sobre
la materia se hayan efectuado en el Ministerio de Comunicación e
Información en CONATEL y en otros organismos del área, así como
solicitar la colaboración de la Red Anmcla y otras organizaciones afines
para el suministro de información.
Esta
iniciativa serviría de base para un diagnóstico de las fortalezas y
debilidades de la red de medios afines al proceso bolivariano, así como
para la formulación de propuestas y de políticas tendientes a
mejorarlos.
Televisión por suscripción
Para
el primer trimestre de 2007, funcionan 49 operadoras de cable legales
(algunos estiman que, con las ilegales, suman dos centenares), que
abarcan el 21,34 % de los hogares venezolanos, vale decir, unos 2,8
millones de familias. Asignando una estimación conservadora de cinco
espectadores por familia, ello representaría una audiencia de 14
millones de personas. Para 2010, el estudio de Mark Weisbrot les asigna
el 33,1% de la audiencia, cifra que estimamos conservadora, pues no
incluye las operadoras ilegales ni las conexiones clandestinas. Sería
más realista pensar que cubren cerca de la mitad de la teleaudiencia.
Quizá contribuya a este auge la pésima calidad de la emisión de señal
abierta.
La
Cámara Venezolana de Televisión por suscripción (Cavetesu) se
vanagloria de haber logrado excluir del proyecto de la Ley de Promoción y
Protección de Inversiones de 1999 una norma que reservaba la televisión
por suscripción al capital nacional. También, pretende que el medio es
inmune a la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, a pesar
de que ésta lo incluye expresamente en sus disposiciones. Por tanto,
una cifra que ronda la mitad de la teleaudiencia venezolana está en
manos de firmas preponderantemente extranjeras o multinacionales, que se
consideran por encima de nuestras leyes. Una política comunicacional
seria debe someter al estricto cumplimiento de nuestras leyes a este
medio.
La emisión satelital
Por
otra parte, el lanzamiento de los satélites Simón Bolívar y Miranda
ofrece una magnífica oportunidad para remediar las fallas de alcance de
los medios radiofónicos y audiovisuales, facilitándoles difusión
efectiva en todo el territorio nacional e incluso en América Latina y el
Caribe. Sin embargo, hasta ahora la difusión de señales por ellos
parece depender de su conexión con servicios de difusión por
suscripción. Es paradójico que durante mucho tiempo Telesur sólo pudiera
verse a través de un oligopolio privado de televisión satelital.
Decodificadores de la señal satelital
Apenas
a fines de 2011 la telefónica estatal CANTV puso a la venta juegos de
decodificadores para recibir por suscripción la señal de unos cuarenta
canales a precios sumamente solidarios. Esta iniciativa ha sido tan poco
publicitada, que muchos simpatizantes bolivarianos no la conocen. Todo
el sistema de medios públicos de señal abierta debería difundirla y
estimularla para evitar que, como tantas otras iniciativas, caiga en el
vacío por falta de información. Es decisivo que emisoras de servicio
público, e incluso comunitarias y alternativas, participen en este
decisivo rubro de la teledifusión.
4. Mensaje
Un mensaje hegemónico
Hasta
el presente es indiscutible que a pesar de la relativa debilidad tanto
numérica como de alcance de los canales de difusión, el mensaje
bolivariano es aceptado por la gran mayoría de la población, lo cual se
refleja en los resultados electorales, casi invariablemente favorables
al proceso. Pero también, a lo largo de una década se ha ido produciendo
una sensible erosión percentual de las mayorías electorales, que hace
aconsejable una revisión de estrategias y tácticas comunicacionales.
Por
tal motivo, cabría preguntarse: ¿Cuáles son las ideas, temas y los
valores centrales del discurso bolivariano? ¿Cuáles le han asegurado la
adhesión de sus audiencias? ¿Cuáles son rechazadas por ellas? ¿Cómo
acentuar los primeros y desenfatizar los segundos?
En mi libro La máscara del poder: del Gendarme Necesario al Demócrata Necesario. Caracas: Alfadil Ediciones, l988, así como en La lengua de la demagogia: El poder sin la máscara: de la Concertación Populista a la Explosión Social.
Caracas: Alfadil/ Tropicos, l989, Correo del Orinoco 2011, apliqué
diversas metodologías de análisis de los símbolos y del discurso al
mensaje bipartidista, que podrían ser utilizadas para permitir la
comparación con el mensaje bolivariano e incidentalmente con algunos de
los mensajes opositores.
Al
respecto estimamos particularmente interesante un análisis de muestras
significativas del discurso bolivariano mediante los métodos siguientes:
-Determinación
de la jerarquía de los valores instrumentales y terminales del
discurso, mediante la aplicación modificada que sugiero en El poder sin la máscara del método de determinación y apreciación cuantitativa de los valores expuesto por M. Rokeach en The nature of human Values, Joey Bass Inc. San Francisco, 1973.
-Determinación
de los actores en el campo político, mediante la aplicación del método
de los roles actanciales de Julien Algirdas Greimas expuesto en Semiotique: Dictionnaire raisonnné de la théorie du langage, Hachette, Paris, 1979.
Entretenimiento
Hasta
el presente las emisoras de servicio público se han centrado en forma
preponderante en los rubros de información y de discusión. No les es
posible competir con el material importado, preponderantemente de origen
estadounidense que ocupa más del 60% de la programación de los canales
privados.
Sin
embargo, una selección inteligente de materiales de entretenimiento de
otros países podría ofrecer a la audiencia una opción sumamente
atractiva. Muchos países latinoamericanos cuentan con grandes
cinematografías y producciones de dramáticos. Es posible asimismo
seleccionar meritorias producciones europeas, incluso del cine de los
países que fueron socialistas. Las cinematografías de China, Corea, la
India y otros países asiáticos ofrecen repertorios riquísimos, que
pueden ser negociados a precios comparativamente modestos.
En
cuanto a la posible producción de contenido de entretenimiento,
Venezuela cuenta con excepcionales dramaturgos, directores y actores que
harían posible mantener por lo menos una telenovela de gran calidad en
el aire.
Asimismo,
cuenta con una Pléyade de humoristas y actores que podrían sostener por
lo menos un programa humorístico popular de relevante calidad. Roberto
Hernández Montoya y Roberto Malaver por sí solos han mantenido durante
años “Como ustedes pueden ver”, un espacio de improvisación que ha
devenido casi una institución. No hay límites para lo que se podría
lograr en la materia con un apoyo sustancial.
El
éxito de estas iniciativas abriría vías para nuevas experiencias, y
para una sucesiva conquista de los públicos fundada en la excelencia.
Los
medios bolivarianos han culminado con éxito además interesantes
incursiones en el cómic, medio al cual señalamos que asignaba Julio
Cortazar extraordinarias posibilidades como vehiculo de mensajes
desalienantes. Tales iniciativas deben ser asimismo apoyadas, promovidas
y divulgadas.
Concursos
El
de los concursos es genero obligado de la televisión comercial ¿Habrá
que señalar que es posible recuperarlo, despojándolo de la banalidad y
el consumismo que lo caracterizan en ella? Es perfectamente posible el
concurso y la competencia de iniciativas de utilidad social, de rescate
de la tradición, de reconocimiento de trayectorias creativas o de
servicios a la comunidad.
Educación
No
menos fundamental es el papel de los medios audiovisuales en la
Educación. Es no sólo posible, sino además necesaria la integración del
sistema de medios públicos, alternativos y comunitarios con el sistema
educativo, para complementar los conocimientos adquiridos en el aula o
transmitir cursos a distancia o programas de ampliación cultural, como
los creados por Vladimir Acosta.
Como
una meta factible y necesaria, se podría pensar en crear espacios que
cubran en forma amena todo el programa educativo, ante todo de Educación
Primaria, y luego de Secundaria, para apoyar la tarea docente en estas
ramas, y para permitir formarse por sí mismos a quienes por cualquier
razón no puedan asistir físicamente a las aulas.
Es
de destacar en este sentido la magnífica labor pedagógica desarrollada
por Colombeia en la producción de dibujos animados para la audiencia
infantil, entretenidos e inspirados en valores positivos. Hasta ahora
han sido difundidos esencialmente por VIVE TV, por cierto con muy poca
promoción por parte del sistema de medios públicos, al extremo de que
notables simpatizantes del bolivarianismo no conocen de la existencia de
ellos. Esta iniciativa debe ser apoyada, divulgada y estimulada.
5. Los códigos
La
indagación de los códigos mediante los cuales se transmite el referido
mensaje guarda estrecha relación con el contenido del mismo. Podemos
organizar el estudio de los códigos del mensaje bolivariano a través del
siguiente esquema:
5.1.1.-Códigos icónicos
-El color de las organizaciones políticas
-Escudos y emblemas de las organizaciones políticas
-La efigie del dirigente y del seguidor
-Tarjetones electorales
5.l.2.-Códigos musicales
-Himnos, temas musicales, marchas y jingles
5.1.3.-Códigos de lenguaje corporal, rituales o proxémicos
-Saludos
-Gestos usuales
-Personas presentes en el acto de emisión del mensaje y sus relaciones con el emisor
-Rituales colectivos: concentraciones y movilizaciones
5.1.4.-Códigos lingüísticos
-Nombre de las organizaciones políticas
-Consignas o slogans
-Himnos
-Jingles
-Discurso y habla popular: código “amplio” y código “restringido”:
Oraciones
simples y coordinadas, formas verbales, personas verbales, llamadas al
consenso, verbalización explícita de la subjetividad, previsibilidad
lexical, reiteración, interferencias lexicales (citas anecdóticas,
históricas, consignas, refranes)
5.1.6.-Códigos audiovisuales
-Lectura de las imágenes audiovisuales y televisivas
Perduración de los códigos mercantilistas
Una
nueva vida requiere una estética nueva. La tarea fundamental de los
bolivarianos consiste en liberarse de la servidumbre hacia los códigos
caducos e insoportables de los medios comerciales, y desarrollar una
nueva retórica y una nueva estética de respeto al público y al contenido
que se transmite. La cuña es la ideología del capitalismo. No se puede
difundir un mensaje socialista con los procedimientos del empresariado
predador. Y los medios del proyecto bolivariano en buena medida no se
han deslastrado en el plano formal de las peores rémoras de los medios
privados comerciales y contrarrevolucionarios.
Algunos
formatos simplemente han sido calcados e injertados en el medio
bolivariano. Persiste en la casi totalidad de los programas la abusiva
distribución de “negros”, impuesta en los medios privados para la
difusión de las cuñas que financian la audición, pero que en los medios
bolivarianos sólo sirve para atormentar a la audiencia distrayéndola y
haciéndola perder el hilo, sin que ninguna razón comercial lo
justifique.
Sabotaje mediante la interrupción perenne
En
los medios audiovisuales privados y públicos, la pantalla es
contaminada por infinidad de logos, inserciones, ventanas y cintillos
que degradan abruptamente la calidad de la imagen, crean un “ruido
visual” insoportable y distraen la atención del espectador hasta
forzarlo a la huída mediante el cambiacanales.
El
patrón de otras interrupciones es con frecuencia anárquico y no sigue
ningún plan preestablecido. Cualquier funcionario pretende que sean
interrumpidos los programas en los horarios estelares para que aparezca
su imagen grabada mientras se desempeña en actos protocolares banales o
de menor interés; a menudo un pugilato de llamadas y de influencias
determina el rumbo errático de las sucesivas perturbaciones del mensaje.
Los
trabajadores de los medios inician cada programa como una aventura en
la cual no saben si las sucesivas interferencias les permitirán
comunicar, y los posibles espectadores que sintonizan un programa quedan
frustrados por esta incertidumbre y recurren al cambio de frecuencia o
de canal.
El
camino para hacer a los medios de servicio público dueños de la
audiencia es sencillo e infalible. La estatal Corporación Radio
Televisión Española lidera desde 1810 todos los índices de audiencia
desde que suprimió la publicidad (Carlos Alberto Sánchez: “Sin
publicidad, la audiencia ve más la televisión” 18-1-2010. www.adslzone.tv/.../sin-publicidad-la-audiencia-ve-mas-la-television/
). A los medios de servicio público les es perfectamente posible
hacerlo, pues no dependen de los anunciantes, sino de los impuestos que
pagamos los agredidos contribuyentes. En todo caso, podrían admitir
propaganda entre los programas, o a intervalos razonables: todo
menos el feroz autosabotaje y destrucción de la emisión que perpetran
generadores de caracteres, cintillos, interrupciones anárquicas y
consecutivas y digresiones continuas. El mensaje de un programa de los
medios públicos debe estar en el mismo programa, no superpuesto a
él como un insoportable diluvio de injertos, parches, costuras,
interrupciones y agresiones al espectador que ponen en fuga a éste. No
se puede transmitir un mensaje distinto del de los medios comerciales
utilizando sus mismos códigos.
La
superación de tales rémoras convertiría a los medios afines al proceso
en verdaderos oasis de información, educación y entretenimiento, que
permitirían a las grandes audiencias escapar de las agresiones
comunicacionales de las empresas privadas. Sin embargo, en el presente
parece sólo haber una competencia entre ambos sectores para determinar
quién puede violar la mayor cantidad de normas e infligir el mayor
cúmulo de vejaciones a sus públicos. Este irrespeto insolente hacia la
Ley Resorte y hacia el público debe cesar en los medios privados, y con
mayor razón en los de servicio público.
6.-El referente o contexto cultural
Las
categorías que se obtengan mediante los análisis anteriores deben ser
contrastadas con aquellas presentes en el contexto de la comunidad a la
cual se dirige el mensaje, a fin de apreciar las coincidencias o
contradicciones con ella. No es poca cosa que los medios públicos hayan
impuesto una hegemonía de su mensaje a pesar de la inmensa desproporción
de sistemas emisores y de audiencias. Tal potencial debe ser, no solo
preservado, sino además incrementado y repotenciado.
Fuente: Luis Britto García (http://luisbrittogarcia.blogspot.com), en http://www.alainet.org/active/59837
Etiquetas: Análisis, Medios de Comunicación, Venezuela
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio