Las implicancias del suicidio del programador Aaron Swartz
El creador de Reddit y del formato RSS, hacktivista por la liberación de
datos, se suicidó luego de un sistemático acoso por parte de la
Justicia estadounidense. Había liberado millones de periódicos escolares
de JStore.
La creciente demanda por la apertura de información
sobre presupuestos, gestiones, contactos, gobiernos, corporaciones tiene
sus “límites” cuando se trata de cuidar la propiedad intelectual. Y
vaya que eso tiene implicancias. La libertad de circulación de la
información a través de Internet se ha cobrado una nueva víctima, ya
convertida en mártir de esta era digital con todos los ingredientes para
ser rápidamente bandera de una nueva época. El impacto de la apertura
de datos y del cambio del modelo de propiedad intelectual ha sido tan
grande en la cultura global que hay quienes no soportan las presiones
ante un mundo cada vez más absurdo. A diferencia de Julian Assange, el
fundador de Wikileaks actualmente embaucado en una turba polémica por su
assangecentrismo, o de las sorprendentes intenciones de Bradley Manning
a la hora de liberar secretos de Estado (más allá del espantoso trato
del gobierno estadounidense), el suicidio del programador y hacktivista
Aaron Swartz, de 26 años, tiene todos los condimentos para pasar a la
historia de manera tristemente épica: acosado por el FBI por haber
liberado sistemáticamente ni más ni menos que diarios escolares de la
librería virtual JStore, perteneciente al MIT, con una trama policíaca,
fue encontrado muerto en su departamento el viernes pasado.
A pesar de su corta edad, Swartz tenía una carrera increíblemente prolífica: fue el cofundador de Reddit, un sitio adquirido por Wired que redefinió la forma de acceder a las noticias, y contribuyó a los 14 años al desarrollo de Creative Commons en las épocas en que Lawrence Lessig encabezaba el cambio de modelo de licencias de copyright. También contribuyó a la invención del formato RSS, standard para la lectura distribuida de contenido editorial hoy usado por millones de personas en todo el mundo. Además, Swartz fue el primero en iniciar una campaña contra las extintas propuestas de ley SOPA/PIPA en Estados Unidos, a través del sitio que cofundó llamado DemandProgress. Enterado de la noticia de su muerte, Lessig escribió un emotivo comentario en su sitio Rootstrikers. “¿Cómo piensas que podrás hacer todo lo que haces, habiendo esta corrupción?”, le había dicho Swartz a Lessig en 2006, lo que llevó seis meses después a volver a concentrar a Lessig en el “problema” de la corrupción.
Apenas conocida la noticia, el grupo activista Anonymous volteó y luego hackeó a las pocas horas el sitio web del MIT, luego de que la misma escuela prometiera una completa investigación sobre su rol en el suicidio de Swartz. Entre los deseos expresados por Anonymous para honrar la muerte del hacktivista llamaban a que “esta tragedia sea la base de una reforma de una ley de crímenes por computadora”, “que sea la base de una reforma del copyright y la propiedad intelectual”, “que sea un reconocimiento a la opresión y la injusticia llevadas a cabo por instituciones sobre personas que apuestan a la solidaridad y la ayuda mutua”, “que sea la base de una renovada libertad en Internet alejada de la censura con igualdad de acceso”. Ejes centrales, todos, de la disputa permanente sobre los límites de la liberación de datos.
Más allá de la triste pérdida de Swartz para el hacktivismo de Internet, el debate que trasciende su muerte es el oxidado modelo de Propiedad Intelectual que todavía pervive en épocas de Internet. Un modelo a contrapelo de la increíble expansión y liberación de datos por partes de gobiernos y corporaciones. Por sólo poner un ejemplo, Swartz se enfrentaba a un modelo que parece totalmente perimido. En el contexto de las críticas por el procesamiento de Swartz, JStore había decidido hace unos días dar acceso gratuito a su contenido, pero en un chico gotero. Según un nuevo programa anunciado, se podría ahora acceder a tres artículos cada dos semanas, sobre un total de 4,5 millones de artículos de periódicos escolares. “Un nuevo capítulo comienza”, decía ayer la página de JStore.org en la web: busca diarios, fuentes y ahora ‘libros’. Eso es todo. Aquí nada ha pasado.
Fuente: Mariano Blejman, en http://www.pagina12.com.ar/diario/cdigital/31-211853-2013-01-15.html
Etiquetas: activismo digital, EEUU, Internet
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