jueves, 14 de junio de 2012

Contenidos: La Batalla Cultural

 

Por Carlos Borgna

Estamos en medio de una batalla cultural. La misma excede, largamente, lo que muchos caracterizan como el enfrentamiento “del gobierno con los medios”. Está inmersa la totalidad de la sociedad argentina, organizada o no, aunque muchos de sus ciudadanas/os no han tomado conciencia de ello.

En el mes de Marzo se realizó en Formosa, el Pre Mercado de Industrias Culturales (Mica) del NEA que tiene por objetivo profundizar la participación federal de las industrias culturales del país, en el marco del próximo Mercado de Industrias Culturales Argentinas 2013, a desarrollarse en Buenos Aires. Una buena iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Nación.

Al margen de otras disciplinas, en Formosa aparecieron los realizadores audiovisuales; en su gran mayoría jóvenes con sus visiones propias, sus lecturas renovadas, su impronta en cada producto que presentaron.

Fueron expuestas una diversidad de temáticas, indudablemente relacionadas con la propia realidad geográfica pues allí está el MERCOSUR en lo concreto: en su música, sus tierras, sus selvas, ríos, historias, comidas, ciudades, pueblos originarios, organizaciones, medios de comunicación, mujeres, niños, trata, pequeños productores, latifundios, pobreza. Es decir la vida que irrumpe todos los días.

Esas producciones se plantean siempre desde construcciones colectivas, con grupos que a su vez, forman asociaciones y que trabajan o intentan hacerlo, con los de la otra orilla, con los países hermanos. Es una generación que aflora en la superficie, que están potenciados por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, por la política del INCAA y de la TVA a través de sus Polos de Producción; pero que viene con sus logros, limitaciones y esfuerzos trabajando desde hace años. Ahora no sólo están en la agenda sino que están construyendo agenda. Es un nuevo sujeto social que se expresa.

El mismo día en que el PREMICA empezaba a dar a conocer sus realizaciones, proyecciones y stands, se realizó, también, en la ciudad capital formoseña “Soñando por cantar”, en un estadio  que, por supuesto, estuvo repleto.

Esta realización del grupo Tinelli se posiciona sobre una serie de conceptos, que quedan al descubierto en una interesante nota del Diario La Capital de Rosario, del 4 de Junio pasado, titulada “El detrás de escena de Soñando por Cantar”, donde quien presenta a los postulantes es denominado “el conductor del pueblo”, devoto de la Virgen de Luján; y en donde uno de las jurados comenta que “lo que pasa en el interior es inédito…tienen que ver el amor de la gente” y en otra parte se menciona que: “…las devoluciones del Jurado son obras de arte….son para armar un excelente libro de autoayuda”.
También se define que “… cantar es liberarse, expresarse, la música es el idioma universal que nos une…”

El programa – se explicita en el artículo - hace base en Buenos Aires lunes, martes y miércoles y el resto de los días recorre el país y cuenta con dos equipos técnicos que cuestan un millón de dólares cada uno.

Es decir, esta iniciativa retoma temas profundos de la Argentina: la cultura, en ella la música, el federalismo, la fe, la valorización  del interior y lo formatea, con tecnología, el resplandor de la “pantalla chica”, el éxito, el triunfo y nos plantea una propuesta donde el logro es llegar y ser una estrella. Es decir, en la vida lo individual, la salida y la llegada en clave personal, no de conjunto.

El pueblo se vuelca masivamente a este espacio donde se resignifican valorizaciones profundas de la gente e indudablemente coexisten con otras, muchas de las cuales expresan los realizadores audiovisuales, los comunicadores de las organizaciones sociales, los que trabajan en las radios, los que arman sitios web, revistas o pequeñas agencias de noticias. Hay una dialéctica que merece analizarse con mayor profundidad, y que presenta diferentes lecturas.

Aquí está plasmada la batalla; donde sería muy importante comparar la presentación del Bicentenario que hizo Presidencia de la Nación en el 2010, con el despliegue del mismo programa durante el festejo del último 25 de Mayo, frente al Cabildo. Es evidente que también se puede bastardear lo histórico, la Independencia, los símbolos. Nada más ni nada menos.

Si alguien supone que todos estos hechos, ocurren debido a una maravillosa casualidad,  tiene una determinada interpretación de esta batalla; y si por el contrario, entiende que desde otros lugares, se reconoce que el kirchnerismo – más allá de aciertos y errores – ha decodificado el relato histórico desde una  perspectiva distinta y por sobre todo, a puesto temas y personas (Juana Azurduy – Felipe Varela por ejemplo) en la consideración pública y ha facilitado los canales para la discusión; tiene otra percepción absolutamente diferente y actúa en coherencia con eso.

Está claro entonces, que debatir lo ideológico es discutir el poder y que los sectores de poder ya  están enterados de que este es el debate. La producción de contenidos en este contexto adquiere, en consecuencia,  un rol protagónico.

Las preguntas, entre tantas, son ¿qué estamos haciendo los que seguimos creyendo en las construcciones colectivas y en las luchas populares para qué estas discusiones se instalen y sean apropiadas por más y más gente?; y ¿cuál es el rol de los comunicadores en esta tarea?

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