Periodismo reiniciado
(Por Mariano
Blejman) Cerca de 700 periodistas, programadores y diseñadores pasaron por el
encuentro que ocurrió en el Konex. Los equipos de The Guardian, The New York
Times, ProPublica y cientos de proyectos percudidos por la cultura
colaborativa.
Era
entretenido ver cómo editores de La Nación, Télam y Clarín compartían una mesa
de trabajo en el taller de noticias inte-ractivas ofrecido por el equipo
interactivo de The Guardian y The New York Times. No discutían sobre línea
editorial ni sobre políticas de Estado, sino sobre la forma de visualizar
contenido, de conectar ideas con bases de datos, sobre cuál era la mejor
plataforma para contar una historia de manera interactiva el asunto de la
inflación. Era entretenido verlo porque es algo novedoso (la posibilidad de
compartir procedimientos productivos en el marco de la industria). Tan aferrado a sus propias
convicciones, a sus procedimientos y sus secretos, el periodismo local fue
percudido por la cultura libre en el Hacks/Hackers BA Media Party, el encuentro
de tres días en el que reunimos a editores, periodistas, programadores de
software y una fauna notable de mediageeks que tal vez no sabían bien por qué
venían, pero se fueron quedando.
Gracias a este
encuentro, el capítulo local se convirtió en el segundo a nivel mundial en
cantidad de miembros, sólo por debajo de Nueva York con 1650 miembros,
superando a San Francisco, ciudad originaria de la red de periodistas y
programadores. Llegaron los equipos interactivos de The New York Times, The
Guardian, ProPublica y otra veintena de invitados internacionales de tres
continentes, y de varios países de la región como Colombia, Chile, Perú,
Uruguay, Brasil, Guatemala, y editores digitales de todos los grandes medios
argentinos. Los dos primeros días se dieron en paralelo veintitrés talleres
(workshops) y el tercer día hubo un gran hackatón (jornada de trabajo
colaborativa) de 250 personas, en el que se trabajaron ocho proyectos. El Media
Party fue el evento más grande de la historia de Hacks/Hackers y acaparó la
atención de la prensa local e internacional. Además, Daniel Sinker, de Knight
Mozilla Open News, anunció mundialmente un nuevo programa llamado Code Sprint
Grans que ofrece becas de hasta 10 mil dólares para innovación en medios
periodísticos, y Justin Arenstein confirmó la participación de un proyecto de
Hacks/Hackers Buenos Aires en una competencia de innovación en el continente
africano.
Hay nuevos
actores en el periodismo: las estrellas del mundo digital son jóvenes hackers
de 20 a 30 años que se llevan bien con los datos, que hacen cosas raras y usan
términos que antes jamás habían ingresado al vocabulario de la academia:
scrapear, parsear, extraer. Funciones automáticas para darles sentido a grandes
volúmenes de datos, neologismos productos del inglés, y detrás de eso el
software libre como promotor del intercambio, no solamente desde el punto de
vista de los desarrollos de aplicaciones de noticias, sino también como
inspirador del espíritu colaborativo: ya no se trata –más allá de que algunos
miopes así lo esperaban– de sentarse a recibir instrucciones de figuras
iluminadas, sino de comprender los mecanismos para trabajar en equipos
interdisciplinarios.
Durante
los tres días en el Konex ocurrió una apabullante transferencia de conocimiento
entre el mundo del periodismo y el de los programadores de software. El equipo
del área de noticias inte-ractivas de The Guardian que llegó conformado por
Alastair Dant, Mariana Santos, Alex Graul y Nicola Hughs es un ejemplo sobre
hacia dónde van las nuevas redacciones: un programador, una diseñadora, otro
programador, una periodista convertida en programadora de software. Tyson Evans
de The New York Times es diseñador, de-sarrollador y periodista; Justin
Arenstein intercambia su tiempo entre la investigación periodística y se
autodeclara un adicto a las startups, y Dan Sinker, del programa Open News,
dejó su lugar como editor de una revista punk para dedicarse de lleno al
software libre y los medios dentro de una organización que es famosa por haber
hecho un navegador de Internet.
Al Shaw,
de ProPublica –que resistió indemne una visita a la cancha de Independiente–,
es la definición perfecta de niño nerd convertido en estrella de rock y Thomas
Levine, de ScraperWiki, es... cómo decirlo: no conoce quién es Messi. Los
proyectos que vinieron a mostrar Jonathan Stray (Overview), Karen Reilly (Tor),
James C. Burns (Zeega) y Rob Baker (Ushahidi) resuelven problemas del periodismo
producto de las nuevas plataformas: Overview permite ver conexiones entre miles
de documentos de forma visual; Tor es un proyecto que consta de una serie de
herramientas de seguridad para periodistas y activistas. Zeega sirve para
contar noticias de manera interactiva y Ushahidi es la reina de los mapas
interactivos. Douglas Arellanes vino desde Praga para mostrar Sourcefabric, una
serie de herramientas de software libre para administrar medios (diarios,
libros, radios, cobertura en vivo).
Pero lo
más entretenido de todo ocurrió durante el hackatón, el sábado a la tarde,
cuando cerca de 250 personas se reunieron a trabajar en proyectos colaborativos
o en emprendimientos ajenos por el simple hecho de comprender, compartir,
aprender y resolver problemas. Un ejemplo de cómo funciona una comunidad
abierta: semanas antes del Media Party habíamos estado pensando una forma de
organizar las ideas para seguir los proyectos del hackatón: tiramos la idea en
Twi-tter de que hacía falta una plataforma para el seguimiento, la tomó Dan
Zajdband y se puso a desarrollarla. Le pusimos hackdash, un tablero de ideas
para un hackatón. El sábado a la mañana, Davo Galavotti había tomado el código
para hacerle algunas mejoras y cuando Zajdband llegó se metió en otro grupo: su
criatura ya tenía nuevos padres.
FUENTE: www.pagina12.com.ar
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