domingo, 24 de marzo de 2013

Ejercer la democracia es la mejor forma de cuidarla

Ejercer la democracia es la mejor forma de cuidarla"Es posible una economía basada en los valores de la ayuda mutua, de la responsabilidad, de la democracia, de la igualdad, de la equidad y de la solidaridad. Es posible la organización de empresas cuyo motor no sea el lucro, sino el responder a las necesidades y aspiraciones de sus asociados, gestionadas en forma democrática por los usuarios, trabajadores, productores, consumidores o ahorristas, de acuerdo al principio de un asociado-un voto y no según los privilegios de una minoría."


Estas palabras, con que inicia el Mensaje del Cooperativismo Argentino presentado el año pasado, reafirman que la democracia es uno de los elementos esenciales de las cooperativas y que este tipo de empresas, a su vez, consolidan en las cientos de comunidades donde están presentes, los valores democráticos a través de la participación, la identidad colectiva y la gestión asociativa de recursos cuyos beneficios son disfrutados equitativamente por todos y todas.


El texto consensuado por los máximos dirigentes sectoriales al término del Congreso Argentino de las Cooperativas, señala además que "la concentración empresaria es origen de desequilibrio territorial, de inequidad social, de despilfarro de recursos naturales, de ahogo de la iniciativa social, de especulación. En suma, de límites a la democracia económica y en consecuencia de límites a la democracia política."

Este año, cuando conmemoramos nada menos que 30 años de vida democrática recuperada en nuestro país, las cooperativas entendemos que es primordial resguardarla para siempre de los golpes que le han dado los sectores concentrados, gestores de la extranjerización de la economía y responsables del más feroz terrorismo desde el aparato estatal y para-estatal.

Muchos de nuestros asociados fueron víctimas directas del genocidio, mientras que todo el andamiaje económico-financiero vertebrado en esos años aniquiló las posibilidades de subsistencia de las empresas arraigadas en las economías regionales y que favorecían el desarrollo local.

Por eso, también es necesario nutrir esta democracia política que hoy tenemos con democracia económica, social y medioambiental, tal la propuesta del cooperativismo argentino para los próximos diez años.

Convencidos de que podemos terminar de dar vuelta aquellas páginas negras que se empezaron a escribir el 24 de marzo de 1976, no queremos otra cosa que reafirmar nuestra filiación directa respecto de la democracia, tomando como base la práctica coherente de todos los días y apostando a que sea su defensa la práctica de todos los demás actores comprometidos con un país más justo, equitativo y solidario.

Fuente: Cooperar

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