Inglaterra bloqueará los sitios porno

(Por Sergio Di Nuci). Los proveedores deberán incluir filtros para los nuevos clientes. Quienes deseen acceder deberán pedirlo expresamente.

Las páginas pornográficas del Reino Unido deberán ser bloqueadas por todos los proveedores de Internet. Así lo anunció el primer ministro británico David Cameron, que lanzó un plan de lucha contra el abuso sexual y la pornografía con niños y niñas menores de edad.

Cameron realizó el anuncio como inicio de una campaña que combate la pornografía ilegal y el acceso de los menores a material adulto. Desde finales de este año, el gobierno obligará a los proveedores de banda ancha a incluir filtros para los nuevos clientes, mientras que a los actuales se les enviarán intimaciones para que los instalen. Los usuarios que deseen acceder a esos sitios deberán solicitarlo expresamente a sus proveedores.

También anunció Cameron que en Inglaterra y en Gales se volverá ilegal la posesión de pornografía que muestre violaciones de mujeres, como ya sucede en Escocia. 

La pornografía está "corroyendo la infancia –señaló el primer ministro conservador–. No quiero ser moralista o asustar, pero siento como político y como padre que ha llegado el momento de actuar."

El premier tory acusó a los buscadores de "no hacer lo suficiente" para reducir el acceso a páginas que considera inaceptables. Un portavoz de Google le aseguró que la empresa ejerce "tolerancia cero" hacia las imágenes de abuso infantil: las busca con intensidad y, cuando las descubre, tras un examen exhaustivo para verificar su naturaleza, actúa y quedan eliminadas. 

El debate, lejos de haberse cerrado, continúa. Mientras que las asociaciones de madres ven la medida con buenos ojos, el ex director del Centro Contra la Explotación Infantil y para la Protección en Internet, Jim Gamble, declaró que las iniciativas del gobierno están mal dirigidas, porque no se debe castigar a los usuarios, sino atacar "la raíz del problema de la pornografía ilegal, atrapando a los responsables de crearla". 

Fuente: Tiempo Argentino