lunes, 25 de junio de 2012

El Periodismo y la Comunicación no deben ser un Acto de Comodidad Social


(Por Fabián Silveira - Usina de Medios - http://www.udemedios.blogspot.com.ar/).La sociedad necesita ser interpelada constantemente, tener pluralidad de voces, de posiciones; de comunicadores que no pierdan nunca la entrañable búsqueda de la verdad. El periodismo debe entender que  no es un relator de lujo, de la espectacularización social que los propios medios contribuyen a formar. El periodista que  no interviene en la realidad que juzga, es simplemente un espectador de lujo.

Los medios de comunicación, son para los grupos empresarios que los poseen, meras mercancías con la finalidad de obtener rentabilidad – ganancias. En este marco, deciden por una estética y no otra, un determinado diseño, un modelo de hacer, y en el mejor de los casos un “buen periodismo” que los dote de credibilidad y legitimidad, y en este marco periodistas “socialmente reconocidos” para que sean los interlocutores y mediadores de esa sociedad pasiva. Así, forman parte de una serie de estrategias y productos sociales, con el claro objetivo de obtener poder político y  beneficios económicos.

Rodolfo Walsh sostenía: “El pueblo aprendió que estaba solo... El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza.”. Esto implicaba, como todos saben una coyuntura de resistencia, de oprimidos, de poco espacio social e institucional para la pluralidad de voces, y es en este marco el más grande reconocimiento a la actitud y aptitud revolucionaria como ciudadano y periodista, claramente parado desde el lugar de participante y no solo de analista y espectador social.

La Argentina a partir del 2003 en adelante, no solo que se encuentra transformando sus prácticas sociales, sino que nadie le escapa al “juicio social” de quién es y de donde habla cuando juzga, y esto permítanme es una revolución cultural y social.

Los Comunicadores que formamos parte de lo que se conoce como Economía Solidaria, tenemos muchas divergencias, contradicciones, modos de actuar y pensar distinto pero parecido a la vez; pero también tenemos algo en común: “las patas en el barro”, por eso antes que ser comunicadores somos orgánicos militantes de esta causa que implica más de 10 millones de personas involucradas. La profesión y los saberes específicos están puestos al servicio de esta causa social, y en este camino antes que periodistas, hay trabajadores orgánicos que aportan desde estos saberes.

Opinar es tarea de todos, pero cuando el yopinismo se convierte en el ABC del periodismo cómodo que ve pasar la realidad desde un monitor, un estudio de televisión, o desde los ventanales de un estudio que tiene como fondo de pantallas una autopista, se transforma en una traición social, que busca en la excusa del empleado oprimido su pacto social y su tranquilidad psicológica. Como harán para mirar  los ojos  de sus propios hijos.

El contexto histórico del que hablaba Walsh, cambió; y esto nos pone en el firme compromiso de interpelarnos, de decir y saber desde donde hablamos cuando opinamos. Esta tarea es para nuestros comunicadores, un acto de felicidad, de sueños consumados y otros por realizar; y un llamado de atención al imaginario colectivo de exigir y asumir como derechos saber quién es quién en esta jungla; aunque a los empresarios mercaderes les moleste tanto estas razones; ya que lo que está en juego es justamente su calidad de invisibles legitimados, y su intención y método económico por encima, y muy por encima del rol del periodismo.

Fabián Silveira

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