Golpe de Estado en Paraguay: Varias Causas y casi ningún Azar
(Por Ariel Navarro). El golpe de Estado “democrático” que derrocó al presidente Lugo en Paraguay, obliga a hacernos ciertas reflexiones sobre el desarrollo de los procesos políticos de transformación en nuestra región.
“Batallando vengar la sabremos
O abrazo con ella expirar”
Paraguayos, república o muerte
(Himno Nacional)
Era en abril
El 20 de abril de 2008, la coalición política Alianza Patriótica para el Cambio obtuvo el 40% de los votos en la elección nacional, consagrando al ex Obispo Fernando Lugo Méndez a presidir la República del Paraguay.
Por primera vez en más de 60 años, un dirigente político que no pertenecía al Partido Colorado llegaba a ocupar el sillón más importante del Palacio de los López, sumando así un gobierno más al aluvión progresista que se había iniciado en 1998 con el ascenso de Hugo Chávez a la Presidencia de la República Boliviariana de Venezuela.
Caso particular el paraguayo, donde una alianza entre sectores de izquierda, campesinos, movimientos sociales urbanos y dirigentes e intelectuales progresistas impulsaban junto al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) al ex Obispo que, con un discurso de fuerte contenido popular, reivindicando las históricas luchas y demandas de la sociedad de ese país, habían conseguido una importante adhesión popular.
El PLRA es quizás un fenómeno difícil de encontrar en otro país de América Latina. Pertenece a la élite política del Paraguay y reproduce las lógicas de cualquier partido tradicional -clientelismo, ascenso económico de una casta dirigencial, vínculos con el delito organizado y los grandes medios de comunicación-, pero no había tenido, hasta ese año 2008, la responsabilidad de ocupar un lugar en el gobierno nacional. El Partido Colorado -el otro partido tradicional- había monopolizado la conducción de los destinos del pueblo paraguayo, siendo durante el siglo pasado el sostén de la dictadura primero y después hegemonizando la transición a la limitada democracia post Stroessner,como ningún otro partido en los últimos años en la región.
La aparición en la arena política del “fenómeno” Lugo fue así la posibilidad de encontrar una ventana con pocas rejas por donde colarse en las salas desde donde se dirigía el país. La candidatura a vicepresidente de la nación, fue así ocupada por un liberal, el ex Gobernador del Departamento Central, Federico “Florero” Franco.
Aún así, Lugo intentó apoyarse en la heterogénea coalición de sectores progresistas que lo acompañaban, tanto discursiva como territorialmente. Los fuertes debates y divisiones al interior de esos sectores fueron una de las mayores dificultades para traducir electoralmente el objetivo político de Fernando Lugo.
A las elecciones presidenciales y parlamentarias de abril de 2008, una gran cantidad de papeletas lo llevaban como presidente, pero muy pocas de ellas pudieron obtener una representación parlamentaria que les permitiera acompañar legislativamente las políticas impulsadas por el futuro Poder Ejecutivo. Allí se creó el terreno fértil para el PLRA, que aprovechó el vacío luguista para llenar sus propios espacios legislativos.(...)
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Fuente: www.alainet.org
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