¿Cómo se termina con el monopolio de Cablevisión?
(Por
Ariel Garbarz) Sólo podrá desarmarse por medio de una nueva ley específica que
declare de interés nacional las redes cableadas de TV e Internet. En el marco
del Plan Nacional de Telecomunicaciones, los relevistas de la Universidad
Tecnológica Nacional verificaron in situ que sobre una muestra de 1.104.645
hogares de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, usuarios de TV
por cable e Internet por cablemodem, que más del 90% son clientes cautivos de
Cablevisión-Fibertel del Grupo Clarín.
Están
distribuidos en 268 localidades, relevadas a lo largo y ancho de las rutas
nacionales y provinciales, desde las más grandes a las más chicas. La muestra
abarca todos los sectores sociales pero tiene una representatividad sesgada
hacia los de menor poder adquisitivo, dentro de los que pueden pagar la TV
cableada.
Menos
del 10% de los hogares con cable son clientes de Telecentro, Tele Red y otras
pymes y cooperativas más chicas. Pero casi todos estos operadores no tienen
cableado propio para llegar a la mayor parte de sus clientes. Deben pagarles
peaje al monopolio, con precios y condicionamientos arbitrarios. Cablevisión es
propietaria del 97% del tramado de las redes de videocable en las provincias
argentinas de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Río Negro,
Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa y Salta, incluidas las redes
que utilizan los operadores minoritarios de televisión e Internet. Esta
situación le permite un control total de contenidos, servicios y precios y
hasta decidir a que competidores les deja hacer uso de sus propias redes, o sea
que los elige.
No
hay ningún otro medio de comunicación con semejante poder y nivel de
concentración. Ni siquiera la telefonía fija que sigue siendo duopólica se le
acerca, menos aun la telefonía celular. Su posición en el mercado de la TV
cableada es más que dominante, es un monopolio estructural absoluto.
Casi
toda la red de videocable y cablemodem esta posteada en la vía pública y no
soterrada. Los municipios no permiten más postes que deterioren la vía pública
y contaminen visualmente. En muchas ciudades como la de Buenos Aires las
ordenanzas autorizaron hasta cuatro postes metálicos por cuadra al grupo
dominante del mercado y el resto de las prestadoras quedan obligadas a
alquilarles postes o cables al monopolio. Aunque tengan los recursos
económicos, técnicos y financiamiento, los nuevos competidores ya no pueden
poner más postes y cables en la vía pública. Quedan obligados a rentar la
estructura de Cablevisión-Fiberetel. Con sus postes y cables ya instalados, el
Grupo Clarín es de hecho el único privilegiado usuario de las veredas públicas
municipales.
Cuando
otra empresa invirtió y consiguió autorización para posteado y cableado propio,
el monopolio recurrió al dumping, como ocurrió en Río Cuarto-Córdoba, donde al
instalarse Supercanal, Cablevisión redujo los abonos a la mitad del precio para
lograr que el competidor cayera y que la población quedase sin “libertad para
elegir”. Ese era el mensaje publicitario de Cablevisión . Hizo exactamente lo
contrario.
La
normativa actual le impide intervenir a la CNC, autoridad nacional de control,
ante las irregularidades de un prestador sin licencia, como ocurre con
Fibertel. El único recurso de los damnificados es la denuncia judicial. Se da
la paradoja de convenirle al monopolio operar fuera de la ley para que sus
procedimientos sólo puedan ser impedidos por un juez y no por la autoridad
administrativa, mucho más ejecutiva y efectiva.
Varias
veces la justicia, en primera y segunda instancia, les ha ordenado modificar
procedimientos por sus “maniobras con finalidad de excluir a sus competidores,
ofertas en precios predatorios y manipulación de la grilla de señales de
noticias que no pertenecen al Grupo Clarín”. Los incumplieron sistemáticamente
y eso ocasionó su intervención judicial.
Pero
el monopolio estructural absoluto del cable no se terminará con medidas y
plazos judiciales. Sólo podrá desarmarse por medio de una nueva ley específica
que declare de interés nacional las redes cableadas de TV e Internet, al igual
que nuestros legisladores hicieron con el papel de diarios. Interés nacional
basado en la Ley General y el Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina
Conectada, que sienta las bases de la real democratización de todas las
comunicaciones de los argentinos. La jurisprudencia establece que las redes de
telecomunicaciones, adquiridas e instaladas en base a rentas de servicios monopólicos,
deben pasar a integrar el patrimonio del Estado, luego de vencidas o canceladas
las concesiones o licencias a los privados. Fibertel ya la perdió hace un año y
el 9 de diciembre próximo se terminan definitivamente los plazos para que
oligopolio de Clarín nos devuelva a los argentinos lo apropiado durante
décadas.
FUENTE: www.infonews.com
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