Europa en crisis: Medios de comunicación, cómplices necesarios
La crisis-estafa avanza. Crece la
protesta ciudadana y también la represión. Y la criminalización de la
ciudadanía indignada y pacífica. En todas las fases de la crisis-estafa,
los medios de comunicación han sido y son cómplices necesarios de la
misma y del actual estado de cosas. La mayoría.
Actualmente, desde Grecia a España,
contribuyen a criminalizar a la ciudadanía resistente. En España, un
grupo de indignados llamó, con escasa visión política, a asediar el
Congreso de los diputados hasta que el gobierno dimitiera. Ingenuo, pero
no violento. Estar ahí y esperar.
Según la Asociación de Madres
contra la Represión, el gobierno puso en marcha un plan para
criminalizar a los manifestantes de esta convocatoria con detenciones
preventivas antes de que ocurriera nada. Con la complicidad de los
medios.
Semanas antes los voceros oficiales
y espontáneos del partido del gobierno dispusieron de prensa, radio y
televisión para tildar de ‘nazis’ y ‘proetarras’ a los activistas de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, quizás la más eficaz y exitosa
asociación ciudadana contra la crisis-estafa. Pues han convencido al
país de que desahuciar a los insolventes que no pueden pagar su
hipoteca, sin ofrecer alternativa alguna, es inaceptable y
antidemocrático.
Peligrosos, violentos, totalitarios
y antidemocráticos son adjetivos que abundan en boca de portavoces y
muñidores gubernamentales para designar a activistas ciudadanos contra
la crisis-estafa. Con la colaboración de los medios. Los medios
pretendidamente informativos reproducen sin duda ni contextualización de
los hechos los escasos episodios con alguna violencia, que magnifican,
sin indagar ni referirse a la provocación de muy probables infiltrados,
que aportan la violencia a las movilizaciones ciudadanas. En una gran
manifestación cívica del 23 de febrero, las entidades ciudadanas
promotoras se desmarcaron con contundencia de los episodios de violencia
al finalizar y denunciaron la actuación comprobada de indeseables
infiltrados.
En toda Europa, los medios
maquillan u ocultan la delictiva e injusta crisis-estafa. Y, para
rematarlo, repiten con cargante insistencia las falacias neoliberales;
que las pensiones públicas son inviables; que hay que ganar la confianza
de los mercados; que hay que rescatar la banca para la recuperación
económica; que las reformas laborales crean empleo... En Europa, los
medios repiten hasta la nausea que nada es más importante que rebajar el
déficit de los estados con austeridad para lograrlo. Los medios también
ocultan o tergiversan hechos en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina o
Brasil. Porque esos países han osado hacer un corte de manga a los
dogmas neoliberales y se preocupan por combatir de verdad la pobreza y
repartir algo mejor la riqueza.
Pero nada sucede porque sí. Desde
1971, el capitalismo tiene un plan de actuación. El Memorando
confidencial. Ataque al sistema americano de libre empresa que Lewis F.
Powell escribió a instancias de la Cámara de Comercio de Estados
Unidos, pero que se pretende válido para todo occidente. En ese
memorando de seis mil seiscientas palabras, Powell explicó que
universitarios, periodistas, intelectuales, artistas y científicos eran
una amenaza para el capitalismo. Para marginarlos y persuadir a la
ciudadanía de que el capitalismo es el único sistema posible, propuso
que el capital iniciara una potente contraofensiva política y cultural.
Para recuperar el dominio de clase debilitado tras treinta años de
políticas sociales. Una ofensiva desde las escuelas, universidades y
medios informativos. Y eso ejecutan desde hace cuatro décadas.
Porque la censura tradicional ya no
es útil a la minoría rica y dominante. Prefiere desinformar, manipular
noticias y hacer propaganda machacona del dogma neoliberal. Ocultación y
manipulación de la realidad buscan también la impunidad de la minoría
rica y sus servidores para evitar que rindan cuentas por su
responsabilidad en los crímenes económicos contra la ciudadanía y el
aumento de la pobreza y la desigualdad. Este estado de desinformación
vigente pretende persuadir de que no hay nada qué hacer; que esta
situación de pobreza progresiva, injusticia, desigualdad y obscena
impunidad de los responsables, es inevitable.
Y para lograrlo, los medios son
imprescindibles; cómplices necesarios de la minoría dominante. ¿Qué
tiene la ciudadanía a cambio? La razón, la voluntad de cambio, la
organización ciudadana. Y la Red, a pesar de los pesares.
Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor
Etiquetas: Europa, Medios de Comunicación
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