martes, 21 de mayo de 2013

La crisis mediática en España

https://aquevedo.files.wordpress.com/2009/09/medios1.jpgSegún el barómetro del CIS del mes de febrero la segunda profesión peor valorada por los españoles es el periodismo. El escenario no mejora con los datos ofrecidos en el barómetro de abril, situando el grado de confianza de los ciudadanos en los medios de comunicación en un 4’79 sobre 10. Suspenso.

Estos datos van más allá de las cifras, representan el descrédito de la población hacia una profesión cuya vocación es informar al ciudadano. “Los cínicos no sirven para este oficio” señalaba Ryszard Kapuscinsk, referente periodístico para todos aquellos que ejercemos la profesión. Quizá debamos replantearnos la situación, preguntarnos la razón por la que los ciudadanos han perdido la confianza. Preguntarnos si el periodismo está realmente en manos de periodistas.

El descontento social se argumenta en la manipulación que practican los medios a favor de sus ideologías o intereses afines; ya sean políticos, corporativos o publicitarios. La militancia que ejercen ciertos medios de comunicación intoxica a toda la profesión y justifica, en cierta medida, que cuando compañeros cubren manifestaciones se encuentre con gritos como “periodistas terroristas” o negativas a ser retratados.

Como si la situación no fuera suficientemente dramática, ahora tenemos al enemigo también en casa. Diarios como el ABC han cargado con poco decoro contra sus propios compañeros, acusándoles de “enfrentarse a los agentes, a los que han llegado en ocasiones a golpear”. La realidad, nuestra realidad, es que en la mayoría de ocasiones los periodistas actúan, en el ejercicio de su profesión, como muros de contención entre cuerpos policiales y manifestantes, evitando incluso agresiones.

El contexto social y político por el que pasa el país obliga al periodista a estar prácticamente a diario a pie de calle. Obliga a retratar el desencanto de los ciudadanos y desgraciadamente, no a todos les gusta. El mayor control policial también ha dirigido sus prácticas hacia los medios. Se exige en ciertas concentraciones ir identificado con los chalecos de la FAPE, pese a que no es obligatorio estar colegiado. Cada vez son más numerosos los ejemplos de compañeros que han sufrido agresiones, han sido detenidos o se les ha requisado el material, simplemente por hacer su trabajo.

Por si todo esto nos parecía poco, sin olvidar los 200 medios de comunicación desaparecidos desde 2008 y los miles de despidos, el Ministerio de Justicia pretende llevar a cabo una reforma penal que algunos colegios autónomos de periodistas califican en un comunicado que “atenta contra el Derecho a la Información de la ciudadanía”.

El periodismo sufre una grave crisis, paralela a la del resto de los españoles, tremendamente vinculada y probablemente interesada.


Fuente: http://omcolectivo.com/la-crisis-mediatica/

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