martes, 21 de enero de 2014

El rol de las cooperativas eléctricas cuando escasea la energía

El aumento del consumo eléctrico que se produjo durante el pasado mes de diciembre, principalmente por las altas temperaturas registradas en el país, provocó que cientos de miles de personas se quedaran sin electricidad durante días e incluso semanas en las áreas de más densidad poblacional, como se registró en la ciudad de Buenos Aires. Los cortes de luz y agua, dos servicios básicos para cualquier ciudadano, aún se mantienen en algunas zonas de la capital y de la periferia urbana pese al notable descenso de las temperaturas anotado desde el  comienzo del mes de enero.

Las dos empresas privadas encargadas de la distribución energética en la provincia de Buenos Aires, Edenor y Edesur, no supieron prever -o no les interesó hacerlo- el incremento de la demanda energética cuando inicia la temporada estival y las inversiones se mostraron insuficientes para hacer frente a la suba de la necesidad eléctrica.

 El titular de Cooperar y de la Federación de Cooperativas Eléctricas de la provincia de Buenos Aires, Ariel Guarco, indicó que a diferencia de las distribuidoras privadas, las cooperativas eléctricas respondieron con eficiencia a la suba de la demanda porque “las cooperativas prevén a futuro cuál va a ser la demanda de sus usuarios y generan reservas. Las inversiones realizadas los últimos 10 años gracias al retorno de los excedentes han llevado a superar los aumentos de demanda sin problemas”. “Nosotros buscamos el excedente al servicio de las personas, cuestión que no se da en las empresas privadas con fines de lucro que buscan la rentabilidad y generar excedente, sin importar la calidad del servicio ni la atención ciudadana”, defendió en declaraciones al IPES.

Ante la ineficiencia de las privadas en el suministro eléctrico, las cooperativas eléctricas se vuelven actores de interés para la ciudadanía y el Estado. Ya son más de 600 zonas de todo el país las que están cubiertas por el suministro eléctrico de cooperativas desde que se formara en 1926 la piimera cooperativa eléctrica de toda Latinoamérica en Punta Alta (provincia de Buenos Aires), lo que permite dar electricidad a casi 7 millones de personas. “Tenemos las expectativas cubiertas para los próximos 20 años”, sostuvo Guarco.

 “En años anteriores las cooperativas eléctricas generaron excedentes que se invirtieron en generación de más servicios para los asociados. La electricidad originó nuevas actividades que nos permiten subsistir ahora y realizar las inversiones de acuerdo a las previsiones de demanda”, aclaró.

En estos momentos, el Estado estudia medidas concretas para atajar el problema de abastecimiento energético en Buenos Aires y prende forma la idea de un mayor control estatal sobre las distribuidoras privadas Edenor y Edesur. El titular de Fedecoba opinó al respecto: “El Estado debe tener un mayor control de la situación a través, o en el caso extremo de la apropiación, o de medidas intermedias como acciones de más control sobre las concesionadas o nuevas alianzas estratégicas mixtas donde actúen las cooperativas”.

A la pregunta de si las cooperativas eléctricas podrían asumir el servicio de toda la provincia bonaerense, Guarco precisó que sería “muy apresurado”. “Nosotros podemos colaborar con la formación de nuevas cooperativas para tareas específicas. Aun así, el rol lo tiene que asumir el Estado, que ha puesto el ojo en las cooperativas y ése es un camino a transitar con el transcurso de los años”, sentenció. En el supuesto de que se acabe por constituir un servicio público eléctrico, el presidente de Cooperar opinó que “las cooperativas eléctricas podrían colaborar como empresas terciarizadas por el Estado para brindar servicios eléctricos puntuales”.


Fuente: IPES Prensa // Laura Safont

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