jueves, 14 de noviembre de 2013

Los espacios culturales luchan por hacerse oír

La próxima semana se presenta una iniciativa popular para regularizar su actividad.

La ciudad de Buenos Aires se caracteriza por disponer de una enorme variedad cultural y artística, cuya oferta de espacios la convierten en una de las mayores capitales culturales del mundo. No es extraño consultar la agenda cultural de la localidad y toparse con numerosas propuestas al alcance de la mayoría de los bolsillos e incluso gratuitos.

Pese a que las opciones no dejan de crecer, la mayoría de estos centros culturales y artísticos se enfrentan a una legalidad difusa, arcaica y restrictiva que limita -incluso paraliza- su actividad; muchas veces desarrollada en clandestinidad o presentada bajo formas jurídicas cuestionables.

Ahora, los creadores de cultura han decidido unirse con el objetivo común de regularizar su situación y proteger, de esta forma, el derecho de acceso a la cultura de todo ciudadano.

“Hoy por hoy existe un clima hostil a la hora de habilitar un espacio cultural”, exponía ayer por la noche en el Club Cultural Matienzo el abogado y emprendedor cultural, Claudio Gorenman, ante más de un centenar de interesados. El coloquio informaba sobre cómo habilitar un espacio cultural en la ciudad de Buenos Aires cuando la realidad cultural se presenta compleja, sin una ley específica para habilitar un espacio cultural, aunque también paradójica. Se produce “un movimiento incontenible de propuestas culturales y [a la vez] existe una ley rígida con una legalidad post-Cromañón”, se quejaba Gorenman, también fundador de la agrupación Abogados Culturales, cuyos profesionales trabajan por expandir la cultura y asesorar a sus espacios precursores.

En la actualidad, como defendía el abogado, el gestor cultural deja de ser una persona con visión empresarial y pasa a ser alguien interesado en crear cultura, quien sin grandes recursos económicos puede convertirse en realizador cultural. Sin embargo, tanto las imposiciones legales en materia de habilitaciones como las políticas públicas de la ciudad benefician a las actividades culturales que proporcionan sustentables retribuciones, en detrimento de los centros pequeños y con pocos recursos, cuya oferta valora el contenido y no la ganancia.

El Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), que engloba a cerca de una veintena de centros de cultura sin ánimo de lucro de la ciudad (Teatro Mandril, Casa Brandon, Casa Presa, entre otros), se ha propuesto revertir -junto al apoyo de Abogados Culturales- esta situación de vacío legal y ha realizado un proyecto de ley en forma de iniciativa popular, que será presentada el próximo lunes 18 de noviembre en el Club Cultural Matienzo. El objetivo es recaudar más de 40.000 firmas para iniciar su trámite legal en la que sería, en palabras de Gorenman, “la primera ley en Buenos Aires que entra por iniciativa popular”.

Laura Safont.

@safucat90



Incluímos el manifiesto gráfico a favor de la ley:



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