Tiempo de odio: La prensa española y la muerte de Chávez
Los titulares de la
prensa española esta mañana del 6 de marzo despliegan a toda página
la muerte de Hugo Chávez con un orgullo ideológico que se resume en
los encabezados de la página y los contenidos de articulistas
españoles que han hecho carrera la última década, siempre
intoxicando a los lectores con su prejuiciosa mirada sobre los
procesos sociales latinoamericanos. Desde anoche los tertulianos
políticos del statu quo se reparten por los platós de televisión
sonriendo y volviendo a repetir con insistencia que ha muerto el
dictador, el populista de las payasadas, el demonio de los
venezolanos y del mundo económico libre. Aquella verborrea hilvanada
con juicios valóricos y lugares comunes que no aportan nada para el
análisis, son intercaladas con las imágenes de un Hugo Chávez
cantando unas rancheras en México, llamando señor azufre a Bush en
el estrado de la ONU, también aparece el ¡gringos go home!
de una locución del programa radial Aló Presidente. Y bueno,
estamos en España, así que no puede faltar la imagen del por qué
no te callas del monarca repetida hasta la saciedad como una
pieza publicitaria más de la llamada Marca España.
Hoy la llamada
prensa seria de difusión nacional (ABC, La Razón, El País, El
Mundo) ha hecho un alto en la corrupción política que involucra al
Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Por un día dejan de contar
parados, de anunciar otro recorte social más, de imprimir algún
brote verde económico que no puede estar más que en la cabeza de un
economista neoliberal. Hoy se deja a un lado la crisis global
española (económica, social, institucional, política, de sentido
común) para ser una sola voz contundente que con algarabía publique
la crónica de una muerte anunciada de su enemigo latinoamericano. En
las redacciones de estos periódicos desde hace más de una década
que comenzaron a redactar obituarios sobre la figura de Chávez
confundiendo la realidad con la ficción, y confirmando, una y otra
vez, el daño que ha causado a una población entera el haber nacido
en una Unión Europea revestida como frontera económica norte-sur y
globalizada en los márgenes del eurocentrismo para entender el
mundo.
De ahí que no sea
extraño que esta mañana lluviosa antes de coger la prensa, me
encuentre a un hombre de no más de cuarenta años repitiendo a quien
lo quiera escuchar que se ha muerto el dictador. Entro al ruedo y le
pregunto si sabe que aquel dictador ganó 12 elecciones en 14 años
avaladas por la comunidad internacional. Se me queda mirando con
desprecio, no alcanzo a percibir si es ideológico o racial, sólo se
que mi comentario no le ha gustado para nada. Para mi sorpresa, coge
la revista gráfica El jueves y se va caminando bajo la lluvia. Una
señora más decidida, con una piel de animal que le aprieta el
cuello y con aires de burguesía de medio pelo granaína dice
derechamente ¡que bueno que se haya muerto el rojo hijo de puta!,
coge El Ideal de Granada y para no quedar desinformada también un
ejemplar del ABC. Un chaval que se resguarda del aguacero y no tiene
intención de comprar nada, ojea los titulares con rostro serio y se
va rápido a la búsqueda de un cajero para tirar la bolsa de dormir.
Sólo falta que aterrice el venezolano antichavista que conozco hace
un tiempo y que dice venir de un planeta llamado Orión, así que
prefiero enfilar por la calle y dejar que la lluvia golpee el rostro.
En seis calles de vuelta a casa intento trazar un mapa mental español
que sintetice el origen del odio hacia la figura de Chávez y el
menosprecio a los movimientos sociales latinoamericanos.
Es un hecho que la
alianza del pensamiento único de la prensa española contra Chávez
y el proceso político del pueblo venezolano, quedó sellada en los
días posteriores al fracasado golpe de estado civil y militar que
duró 48 horas en abril de 2002. Por entonces el Gobierno español de
José María Aznar no sólo conspiró para quebrar la
institucionalidad democrática venezolana sino que fue el primero del
mundo en reconocer a la junta golpista que no duraría mucho. Todos
habían participado desde sus trincheras en el mayor ridículo
internacional español y quedaban en evidencia. Ahí está la
hemeroteca para el que tenga sus dudas y también los cables
sediciosos entre Madrid y su embajada en Caracas. La llamada prensa
seria española y sobre todo el diario El País dio cobertura al
andamiaje golpista y no pararían más en su lucha mediática
desenfrenada, a veces colérica, contra Chávez y sus partidarios.
Siempre apoyados por la derecha católica española que editan los
pasquines de tirada nacional ABC y La Razón, junto a los eternos
conspiradores autodenominados de derecha (neo) liberal y su periódico
El Mundo.
Por aquí emanó el
virus de odio que desde hace una década recorre España. Estos son
los responsables de haber ensanchado el desconocimiento sobre lo que
viene sucediendo en el campo social latinoamericano desde la mitad de
la década de los noventa y que la mayoría del pueblo español
desconoce porque lo intoxican día a día con conceptos como
dictadura, populismo, petrodólares, influencia castrista, libertad
de expresión, oposición reprimida…, para luego desde ese campo
semántico articular un discurso informativo sin mayores elementos
que la de su base de datos ideológica y nacionalista. Para estos
medios (directivos, editores y periodistas que suscriben las notas)
su visión de la llamada Iberoamérica sólo existe tras un acuerdo
comercial ventajoso para sus anunciantes; las grandes empresas de
capital privado español que con Chávez vieron peligrar su negocio
en donde hasta entonces todo estaba permitido.
Ahora, cuando el
cadáver de Chávez recorre las calles de Caracas bajo una multitud
que lo despiden con un hasta siempre comandante, ellos se afanan en
redactar sus crónicas que hablan con soltura de una transición
política que llevará a su oposición a ser gobierno y que sólo ahí
nacerá una verdadera Venezuela. Algunos se han apresurado -una vez
más- a vaticinar la caída del sistema cubano por la falta de
petróleo a precios rebajados que se dispensaba con Chávez. Se
insiste en la majadera idea de que el cáncer ahora se extenderá por
el cuerpo social latinoamericano que después de décadas de
neoliberalismo extremo volvió a ser sujeto social rebelde,
organizado y transformador. Hay mucha nostalgia contenida en las
redacciones españolas que les gustaría volver a titular a doble
página como en los años noventa: “La reconquista económica
española en A.L.”. Les encantaría volver a creer que su majestad
el Rey es un elemento indispensable en el desarrollo político
latinoamericano y que cualquier cambio político en la región
debiera estar supeditado a la moral de la transición política
española, que por estos días, se desnuda ante sus ciudadanos.
Cuantas botellas de
cava -no catalán- se descorcharán estos días en las redacciones de
Madrid, imposible saberlo. Sospecho que Vargas Llosa lo celebrará
con la familia neoliberal ahí donde esté por el mundo con un buena
cosecha de tinto, a Yoaní Sánchez me la imagino en su apartamento
de La Habana alternando un mojito mientras termina su crónica sobre
la muerte de Chávez, en los próximos días quizás nos sorprenda
con otra de sus detenciones express, es probable, que en un ataque
para llamar la atención de sus acreedores internacionales se
autoinculpe de haber inoculado el cáncer que mató al enemigo de sus
amigos. José María Aznar se fumará un puro al lado de la chimenea
del salón de su casa mientras mentalmente repasa los proyectos
aparcados de la multinacional del oro Barrick Gold en Venezuela, de
la cual es consejero. También se dará tiempo para redactar un
documento político hacía sus amigos de derecha, empresarios, a la
burguesía local, y a los hombres de bien con poder de decisión e
influencia para que cierren filas con Capriles y crean de una vez por
todas que ahora es cuando el neoliberalismo por fin triunfará en
todo el continente.
Yo por mi parte me
tomaré una cerveza, descorcharé la botella y el primer trago será
para la pachamama, para la madre tierra de la vida y la muerte que
siempre en Latinoamérica nos ha regalado una buena cosecha de
hombres y mujeres nuevos.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165008&titular=la-prensa-espa%F1ola-y-la-muerte-de-ch%E1vez-
Etiquetas: España, Medios de Comunicación, Venezuela
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